viernes, 17 de mayo de 2024

La trágica historia de Francisco Tiznado, el niño suicida

Fuente: Artículo, "¿Por qué se mató Panchulo?", de la revista Vea, edición N° 1.581, publicada el 2 de octubre de 1969, páginas 24-25. Texto de Hernán Norambuena. Fotos de Bibí de Vicenzi.

¿Por qué se mató Panchulo?

    Francisco Tiznado, de 11 años, puso fin a la cadena de tragedias que oprimía su corta existencia, colgándose de los andamios de un parrón. El padre estaba cesante y su madre había abandonado el hogar; Antes de adoptar la trágica decisión, lloró por ella. 

Dos de los cinco hermanos de "Panchulo": El pequeño tiene tres años, pero representa uno.

    Una mañana, lo encontraron muerto, ahorcado, en el fondo del patio de la casa de su abuela. Pendía de una estructura del parrón, colgado de un cordel, en macabra posición. Desde lejos, parecía un signo interrogante, con el extraño ovillo humano formado por su cuerpo flaco y desnutrido, mal vestido, cubierto con harapos. Nadie iba a creer que un niño de once años buscaría el suicidio como lenitivo a su intensa amargura. Pero fue así. Francisco Javier Tiznado Pizarro se mató a la edad en que florecen las diabluras, entretenimientos y juegos. Un hermano, de siete años, lo encontró colgando y, pensando en sus payasadas anteriores, remeció el cadáver, mientras invitaba a un partido de dominó. Extrañado, tiró del nudo rosa del cordel y el cuerpo fláccido cayó a tierra. Sólo entonces el autor del hallazgo entendió que algo raro ocurría y corrió a dar aviso. "¡El Panchulo se mató!...", fue el grito que salió de la casita de calle Sergio Valdovinos 1389, y sobrecogió a todo el vecindario. El suicidio hizo salir a flote el eterno problema de la niñez huérfana de cariño y afecto, de los matrimonios mal constituidos, dos canales que alimentan la vagancia infantil, esa que duerme en las calles abrigándose con el tibio pelaje de un perro.
    Quemante duda dejó el niño de once años que se ahorcó en el patio de su casa. La madre abandonó el hogar hace dos años y el padre está cesante. Seis hermanos del suicida están famélicos y descuidados. Hicieron colecta para poder sepultar los restos de Panchulo.

El abuelo y un tío observan el parrón desde el cual se colgó Panchulo.

La mayor de los hermanos, Francia, indica el lugar y el cajón que utilizó el niño para quitarse la vida.

¿Por qué se mató Panchulo?

    Hay varias respuestas. Una, que la madre, Berta Pizarro Ortiz, abandonó el hogar dejando tras sí a sus siete hijos: Albina, de un año; Ruthi, de cuatro; Joaquín, cinco; Susana, ocho; Francisco, nueve, y Francia, diez. Sobre el móvil del abandono opinan los vecinos: "Aburrida del zángano de su marido, que nunca trabaja"; "Cansada de los malos tratos, de la miseria"; "Se fue con otro hombre y tiene una guagua". Se desconoce su actual paradero, quizás ni se entere de que su hijo Panchulo se suicidó pensando en ella. Porque hay una cosa cierta, el niño-suicida nunca se conformó con la ausencia de su madre.
    Hace dos años que se fue del hogar Berta Pizarro Ortiz. Se sabe que es mujer trabajadora, hija de un mecánico. Entonces Francisco Jaime tenía nueve años y la falta de atención hizo que dejara de concurrir a clases en la Escuela Pública N° 192, en José Joaquín Pérez y Molina Lavín. Todo su tiempo lo dedicó a recorrer las calles, atisbando el rostro de las mujeres, a ver si encontraba a la desaparecida. Alguien le dijo que su madre estaba vendiendo pescado frito en el sector de la Estación Mapocho.
    Panchulo hizo guardia día y noche y lo único que logró fue una cantidad de amigos vagos que se esconden a pernoctar bajo los puentes del Mapocho. Al final, desesperado, volvió a Quinta Normal, San Pablo abajo, en la frontera con Las Barrancas. Por allí lo vieron taciturno, triste y melancólico. En sus rachas alegres jugaba con sus hermanos. Otras veces se iba a los boliches y llegaba a casa totalmente borracho. Vagando por las calles lo encontraron carabineros y lo llevaron preso. En otra oportunidad se apoderó de herramientas de obreros municipales y volvió a tener líos con la policía.

Terrible decisión

    Un tío del muchacho hace recuerdos: "Panchulo era un niño despierto, avivado, fuera de lo común. Iba a ver una película de "Tarzán" y se creía el hombre-mono; otras veces "Batman" o "Django". Subía y bajaba de los microbuses sobrecorriendo". La última noche de su vida estuvo bebiendo en un negocio de calle San Pablo. Después se fue al Matadero Municipal de Las Barrancas y observó la faena de matanza. La vista de la sangre y el bárbaro espectáculo lo hicieron llegar más triste que a la casa. Ni siquiera prestó atención a sus hermanos que jugaban dominó acostados en cama. Se dirigió al fondo del patio, se apoderó de un cordel que ató a una viga, se anudó la punta en el cuello y con el pie dio un empellón a un pequeño cajón. Eran las siete de la mañana y dos horas después su hermano Joaquín sacudía su cuerpo, invitándolo a un partido de dominó. La hermana del suicida, Francia, de doce años, señala que en una oportunidad un perro mordió a Francisco Jaime y médicos prestaron auxilio al muchacho mediante inyecciones. Pero solamente se colocó tres unidades y los amigos que se enteraron manifestaron que se volvería loco por desechar el tratamiento antirrábico. ¿Influyó esta predicción en su ánimo, ya alterado?

La madre no volvió

    Los demás hermanos se miran las caras. Todos tienen dos o tres años menos del físico común en niños de su misma edad. La menor, de tres, representa un año.
    ¿Piensan ustedes en su madre, al igual que Panchulo?
    "No” - dicen los niños -. Cuando nos acordamos de ella le echamos un par de garabatos." Para enterrar a Panchulo, vecinos corrieron una colecta. En el entierro estuvieron presentes el zapatero Hugo, al que siempre hizo las compras el desaparecido, y Juan Carlos, un niño de once años, vecino del pequeño extinto. ¿La madre?, ni luces.
    Las críticas de los vecinos alcanzaron al padre del menor suicida. Se reprochan a Francisco Tiznado Gallardo sus zapatos de gamuza, un beatle subido y otras prendas elegantes. En cambio, el pequeño Panchulo bajó a la fosa con su destrozado pantalón de mezclilla y un paletó que no era de él. Del pasado de Panchulo sólo queda una cruz, con nombre y fecha en que fue enterrado.
    Y como Panchulo era un niño pobre, jamás tuvo dinero para una fotografía, Sólo sus conocidos recordarán su rostro, su figura. Muerto logró la primera foto de su vida, ésa que jamás conocerá, en ella cuelga como signo interrogante: ¿Por qué se mató Panchulo?

El niño suicida, Francisco Jaime Tiznado. El grabado es la primera y última foto de Panchulo. Jamás tuvo dinero para tomarse una y hacerla llegar a su madre. Policías examinan el sitio del suceso.

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