viernes, 1 de marzo de 2024

Madre asesina a sus dos hijos antes de suicidarse

Advertencia: Fotos de contenido gráfico. 

Este artículo ha sido adquirido, escaneado, transcrito y subido a este blog para fines de archivo textual y fotográfico, sin intención de derechos de autor, por lo cual la publicación no ha sido modificada, aparte de unas correcciones ortográficas menores. Cuenta la historia de un doble parricidio con suicidio ocurrido en medio de un brote de nervios en 1970 en Calama.

Fuente: Artículo, "Sangrienta tragedia estremece a Calama: Mató a sus dos hijos y luego se suicidó", de la revista Vea, edición N° 1.600, publicada el 29 de enero de 1970. Texto de José Hernández. 

Mató a sus dos hijos y luego se suicidó

    Calama: Como todos los días, al término de su jornada de trabajo en la Empresa Minera Chuquicamata, Uberlindo Cordero Cordero regresaba a su hogar con paso cansino. Iba pensando en la ropa que tenía que comprarles a sus hijos y en lo nerviosa que estaba su mujer en los últimos días.
    Cuando ya estaba cerca de su casa, en calle España 3452, un detalle le llamó la atención: los niños no venían a su encuentro. "Deben haber salido de compras con la Mariela", pensó. Y siguió caminando.
    Abrió la puerta y se encontró con un pesado silencio. Comió algo en la cocina y se dispuso a leer el diario que llevaba en el bolsillo, esperando la llegada de sus seres queridos.
    Pero pasaron los minutos sin que llegaran su mujer ni sus hijos. Un poco preocupado, salió a la calle para ver si los divisaba. Las primeras sombras de la noche caían sobre las casas, pero la silueta familiar de Mariela Carvajal, su compañera, no se divisaba por ninguna parte.
    Uberlindo Cordero entró nuevamente a su casa. Y, guiado por una siniestra corazonada, encaminó sus pasos hacia el dormitorio.
    Allí lo esperaba una escena tan pavorosa que el hombre creyó ser víctima de una pesadilla. En las dos camas, casi juntas, estaban su esposa, de 24 años, y sus hijos Solange, de tres años y medio, y Ronald, de un año y cuatro meses. Los rostros de los tres estaban bañados en sangre.
    Despavorido, Uberlindo Cordero abandonó la habitación y salió hacia la calle, Sus vecinos lo vie- ron corriendo en dirección a la Comisaria mientras gritaba con los ojos desorbitados: "¡Están todos muertos, están todos muertos!"
    Minutos más tarde llegaban los Carabineros al sangriento escenario. Allí comprobaron que las tres muertes fueron provocadas por los disparos de una pistola calibre 22, que se encontraba en una de las camas, muy cerca de la mano derecha de Mariela Carvajal Reygadas. El hecho de que los tres cadáveres estuvieran vestidos con ropas de dormir hizo suponer que la tragedia se había desencadenado entre las siete y las ocho de la tarde.
    La autopsia de los cadáveres, efectuada en el Hospital Carlos Cisternas, de esta ciudad, ratificó la primera impresión de los policías: los niños y la mujer murieron instantáneamente a causa de dis- paros efectuados a flor de piel, en la región parietal. Se trataba de un suicidio y dos parricidios.
    Investigaciones policiales realizadas más tarde comprobaron que Mariela Carvajal Reygadas sufría de agudas crisis nerviosas en las últimas semanas, lo que fue ratificado por los vecinos del matrimo- nio. Pero todos se mostraron sorprendidos por la tragedia, ya que la pareja, "aparte de los nervios de la señora, vivía en completa armonía". Agregaron que nadie había escuchado disparos.


El arma trágica.

    VEA conversó con Uberlindo Cordero al día siguiente de la tragedia. Al borde de la desesperación y con los ojos fijos en un punto indefinido, murmuró:

    No sé. No me explico por qué ha ocurrido todo esto. El nuestro era un hogar sin problemas. Mariela era feliz conmigo y yo estaba contento con ella. Tampoco teníamos dificultades económicas. Yo tengo un buen trabajo y podía satisfacer todas las necesidades de mi mujer y mis hijos.

    Sólo queda una explicación: el estado nervioso en que se encontraba Mariela Carvajal. Pero aún falta establecer por qué estaba tan nerviosa que fue capaz de matar a sus hijos y luego suicidarse.


De izquierda a derecha: Ronald (de un año y cuatro meses) y Solange (de tres años y medio).


Mariela Carvajal R., víctima de suicidio.

Talquino demente asesinó a cuatro personas con rocas antes de ser abatido por Carabineros

Fuente: Artículo, " Demencial matanza colectiva ", de la revista Vea, edición N° 1.814, publicada el 18 de abril de 1974, páginas ...